sábado, 7 de marzo de 2015

Historia de Begoña Custodio.

"Aunque no soy adoptante en sentido estricto de mi perro, sí que lo fui de mi perrita, su madre. Cuando Linda quedó preñada nos preocupamos mucho, pero al ser una perra pequeña y quedar preñada de un perro más grande sólo tuvo tres cachorros y sobrevivió uno, ya que los otros dos murieron en el parto. Yo tenía 9 años y lloré tantas veces que mis padres se quedaron a mi actual perro, Yacki, ya que nació poco después de que hiciera la comunión. 
Linda murió de vieja ya hace 3 años, y Yacki ha llenado mucho su hueco. Estoy muy pero que muy feliz de tenerle a mi lado. Es un perro leal, noble, cariñoso, que siempre busca que le acaricien y está al lado tuya sentado. Es el mejor perro que he tenido nunca, y yo me he volcado muchísimo con él ya que lo vimos nacer, abrir los ojos, empezar a andar.... 
Yacki es uno más de la familia. Y tener un perro como miembro más de la familia no es para nada una decisión errónea, sino todo lo contrario. Si de verdad amas a un animal, no sientes que tenerlo sea un sacrificio, sino todo un lujo que no todas las personas no son capaces de disfrutar, y da igual si es de raza, mestizo, con pedigree o lo que sea.
Por eso animo a todos aquellos indecisos que adoptéis, no os vais a arrepentir de ello si realmente os gustan los perros. Yo el día que me independice tendré una mascota, un perro, un gato o ambos, y serán adoptados, eso seguro."


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