Llega la época de calor y se alargan los
paseos por el parque y, con ellos, algunos peligros propios de la
temporada para nuestras mascotas. Tu perro debe seguir teniendo sus
paseos, simplemente debemos tomar algunas precauciones para evitar
riesgos como los golpes de calor, las terribles espigas y la malvada “Oruga Procesionaria del Pino”.
Durante los meses de Marzo y Abril es muy frecuente
encontrar por el suelo de las zonas donde haya pinos o cedros largas
hileras en movimiento: son Orugas Procesionarias del Pino. De febrero a abril, las orugas empiezan a descender del árbol en
forma de procesión buscando un lugar adecuado donde enterrarse y empezar
a tejer su capullo (crisálida) que eclosionará a finales de verano y del cual saldrá una mariposa.
La reacción tras el contacto del perro con la procesionaria del pino es
inmediata: se produce hipersalivación, se inflama la lengua y aparece
una coloración roja o amoratada, aparecen ampollas con líquido y úlceras
que pueden producir pérdidas de alguna parte de la lengua. Cuando
el perro entra en contacto con dichos pelos puede presentar diversos
cuadros, desde un cuadro alérgico como puede ser una urticaria, a sufrir
eritemas y angioedemas (hinchazón de la cara), necrosis en la lengua e
incluso la muerte de nuestro perro si ésta fuese ingerida.”
Lo más importante en este caso es tratar de evitar el contacto de nuestro perro con la oruga procesionaria eligiendo
para pasear zonas que ellas no habiten. En el caso de no poder hacerlo,
conviene estar alerta para que no se acerque ni para olisquearlas. Y si
con todo esto no hemos podido evitar el contacto con la oruga, lo más
adecuado será acudir de inmediato al veterinario habitual.
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