viernes, 2 de mayo de 2014

Historia de un voluntario

"Falta de tiempo"


Imagina que te acabas de despertar, y has quedado con tu otro compañero de limpieza a las 9.30 allí, en la puerta del refugio (no se te olviden las botas de agua, es indispensable). Entras en el refugio con tu compañero, y os ponéis manos a la obra... ¡a trabajar! Hay que recoger los excrementos uno a uno con recogedores y escobas, limpiar cada chelín y desinfectar con agua y lejía todo el recinto. Hay que darles de comer y reponerles agua limpia, curar a los enfermos, cuidar de los pequeños.

No creas que esto tarda un minuto, el mismo minuto que te ha llevado a leerlo; esto tarda como 4 horas. Son las 13.30 y has terminado la mañana. Ahora te vas a casa y tienes que preparar la comida (válgame dios que aún no tengo hijos, si los tuviera, no sé qué sería de mí al llegar a esta hora). Dúchate primero, come y no duermas siesta, ¡no hay tiempo! , tienes que actualizar las adopciones y las entradas, crear las fichas de cada animal con sus datos (como si fuese tu currículum vitae) y además adjudicar las fotos que has realizado esta mañana cuando has ido a limpiar (de las cuales, la mitad, no tienes, porque no te dio tiempo a realizarlas).

Sube las adopciones y salidas a las redes sociales, y estate pendiente de tu teléfono móvil, a ver si alguien está interesado en adoptar. Ese mismo día recibes también 10 llamadas…pero sorpresa, no son para adopciones; son suplicándote que recojas a un animal abandonado de la calle.

Esta tarde tienes reunión con el resto de equipo que forma la protectora para planear el próximo evento. Hay que ultimar muchos detalles para que todo salga bien. La reunión tarda aproximadamente una hora y media.

Recibes ese mismo día una llamada triste que suplica que vayas a buscar a un animal con una herida enorme en el cuello, quizás fruto de un maltrato… tu refugio está al colapso de animales, pero no puedes echar la vista atrás. No tienes coche, y tienes que ingeniártelas para poder ir, porque se te cae el alma a los pies. Durante el trayecto vuelves a recibir llamadas para recoger más animales, y tú pidiendo perdón por no poder acogerlos.
Son las 21.00 de la noche, y estas dando rodeos a un polígono industrial, buscando a ese pobre animal. Después de 2 horas esperando, no lo encuentras. Tendrás que volver mañana (pero mañana seguirás sin coche).
Son las 22.00 de la noche, vuelves a conectar tu móvil y ves que por redes sociales discuten tu trabajo con ellos, con los animales que cuidas día tras día.


¿Entiendes ahora nuestra falta de tiempo?, ¿entiendes que no podemos hacer más de lo que hacemos?. Nuestro día a día se resume en cuidar y salvarlos, a ellos…y lee bien; nuestro día a día. No tenemos tiempo de fiestas, amistades o familia. Estamos enamorados de los animales de 4 patas, pero no exentos de tener que admitir ni cargar con opiniones negativas sobre lo que nosotros hacemos; si sabes hacerlo mejor, hazlo.


Esto no es ninguna historia exagerada, esto es una historia real. Son nuestras vidas. Entiende que estamos en esto porque nos indigna la situación que viven los animales en nuestro país, en nuestra comunidad, y luchamos por ellos, y somos personas como tú, que nos lees, que tenemos trabajo, familia, amigos…y se nos hace difícil poder compaginar todo. Entiende y solidarízate con el trabajo altruista que hacen los demás por la comunidad, y si algo te indigna, trabaja por ello.

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